Los resultados anunciados pero no publicados con detalle del ensayo clínico (EC) RECOVERY relativos a dexametasona indican que este fármaco a dosis bajas reduce la mortalidad en pacientes con COVID-19 ingresados en hospital.
La dexametasona redujo la mortalidad en un 17% [HR=0,83 (IC95%, 0,74-0,92)] en los pacientes que solo recibían oxígeno, y no se observó este efecto beneficioso en los pacientes que no necesitaban medidas de apoyo respiratorio.
Se incluyó a 2.104 pacientes en el grupo dexametasona (6 mg una vez al día, por vía oral o en inyección, durante 10 días), que fueron comparados con otros 4.321 participantes que recibieron la atención habitual.
El efecto de la dexametasona fue más marcado en los pacientes que recibían ventilación mecánica [HR=0,65 (IC95%, 0,48-0,88)] que en los que solo necesitaban oxígeno [HR=0,80 (IC95%, 0,67-0,96)].
Entre los pacientes del grupo control, la mortalidad a 28 días fue de 41% en los que necesitaron ventilación mecánica, 25% en los que sólo necesitaron oxígeno, y 13% entre los que no necesitaron medidas de apoyo respiratorio.
Los resultados sugieren que la dexametasona redujo la mortalidad desde 41% a 27% en los pacientes con ventilación mecánica (NNT=8), y de 25% a 20% en los que sólo necesitaban oxígeno (NNT=25).